Lamentablemente, el último partido de Caníbales volvió a saldarse con una abultada derrota, a pesar de que el papel del equipo fue bastante digno hasta mediada la segunda parte.
El primer gol en contra cayó como un jarro de agua fría nada más empezar el partido. Uno de los componentes rivales, tras dos regates, sacó un tiro lejano y algo mordido que botó delante del Jefe, para alojarse en las mallas de nuestra portería.
Tras este mazazo, el equipo se recompuso bastante bien, y comenzamos a ejecutar el único fútbol que más o menos podemos realizar con dignidad: defensa cerrada y correosa, y confianza en los latigazos de Hugo y de Dolor, y en el disparo de Kanix. De este modo, logramos poner el empate en el marcador, merced a un gol del compañero Kanix.
Desafortunadamente, poco antes del descanso, y merced a un penalti algo dudoso, presuntamente cometido por Hugolix nos vimos de nuevo por debajo en el marcador; el Jefe logró detener el penalti, pero el mismo lanzador recibió el rechace para fusilar a placer.
De este modo llegamos al descanso con un 2-1 en contra en el luminoso. La segunda parte comenzó con la misma tónica, estando la defensa de Caníbales cerrada y correosa, y el equipo rival visiblemente nervioso, ya que no se veía capaz de sentenciar el partido a su favor. De este modo, y en una buena jugada caníbal, Montañix superó al portero rival, logrando poner el empate en el marcador.
Y ahí comenzó la devacle: en la siguiente jugada, y ante un tiro lejano, el autor de estas líneas intentó desviar el disparo, despistando al Jefe, de modo que el esférico se alojó de nuevo en nuestra red.
A partir de ese momento, y con el equipo roto y a la desesperada, ya sin orden ni seriedad defensiva, nos fueron cayendo goles hasta el 8-2 final. Quizá nos faltó pedir un tiempo muerto, tras el 3-2 para ordenar las líneas y calmarnos, pero...
En esos momentos de devacle fue cuando le hicieron una clara falta a Hugo que el árbitro no pitó, y que nos apresuramos a protestar, resultando de ello una tarjeta amarilla a Manolo, que inmediatamente después se vio expulsado, a mi modo de ver, de forma injusta. La expulsión y lo injusto de la situación hizo que perdiera los nervios y se pusiera a insultar al árbitro de forma una tanto "reiterativa". La desgraciada conclusión de esto es que ha sido sancionado con 9 partidos, es decir que no podrá volver a jugar hasta la jornada 17, amén de un apercibimiento al equipo por mal comportamiento de sus jugadores, y es que a pesar de que la situación fuera injusta (la falta y la expulsión), no se pueden perder los nervios de esta manera (EMO).
La nota positiva de la jornada fue la inesperada visita de Kabik, se acercó a Villanueva del Pardillo para acompañar al equipo en el partido y en las cañas posteriores.