No son muchas las palabras que precisa esta crónica. Se jugaba esta tarde contra el último clasificado de la liga, que además sólo pudieron presentar tres jugadores de campo y el portero, de modo que no se presumía un partido demasiad complicado para las hordas caníbales.
No quisimos hacer exceso de sangre; no apretamos demasiado y les dejamos que movieran un poco la pelota para que al menos hubiera algo de partido. Aún así vencimos por 15-0 en un partido sin historia ninguna en el que todos los presentes marcaron al menos dos goles, salvo el Jefe.
Reconocer al contrario su capacidad de sacrificio y su flema; si hubiera estado en su situación no me hubiera presentado, o me hubiera retirado a los 10 minutos simulando una lesión.
En todo caso, está bien tener un partido con este nivel de tranquilidad alguna vez, para compensar aquéllos en los que hemos sufrido tanto...